Hace tiempo analizábamos las posibilidades de diseñar un modelo de ciudad emprendedora desde las instituciones, o en colaboración instituciones – sector privado. Nos centrábamos en la dimensión comercio y servicios en ciudades.
Es el turno en esta ocasión del estrato tejido empresarial y tecnológico: ¿existen posibilidades de políticas proactivas y factibles desde las administraciones que promuevan la creación, refuerzo o capitalización de nuestros tejidos empresariales?. Nos atrevemos a responder con un rotundo sí.
Hace ya unos años tuve la ocasión de colaborar, en el marco de un proyecto europeo – Euratlantic en Interreg III B – con Agencias de Desarrollo y Cámaras de Comercio francesas en el objetivo común de captación de inversiones estadounidenses y canadienses de los sectores automoción y agroalimentario hacia la zona atlántica europea.
El modelo de captación de inversiones francés me fascinó: “Invest in France” cuenta con una estructura capilar internacional –conformada por un ejército de técnicos que recorren el mundo visitando empresas, multinacionales y ferias internacionales– que detecta planes de inversión de multinacionales, realiza un seguimiento en corto de las oportunidades y presenta ofertas de captación. Las estrategias departamentales francesas –el equivalente a las Comunidades Autónomas Españolas– están coordinadas con “Invest in France” nacional, con lo que Francia presenta ante los inversores una imagen sólida y rotunda de país.
En definitiva, Francia viaja, recorre todos los rincones del mundo buscando tejido empresarial.
Esta actitud me evocaba a la época de los grandes imperios y deduje que este país sabe sacar partido práctico y económico de su influencia en el mundo. Y lo hace –cómo no– con un sistema estratégico.
Sus planes de acción parten de un análisis de su situación de partida. Además de radiografiar su tejido empresarial e identificar de forma clara sus fortalezas y debilidades, los responsables de captación de inversiones entrevistan en profundidad a empresas francesas potentes sitas en Francia obteniendo una información muy valiosa: sus planes de inversión, qué empresas le gustaría tener a su alrededor y por qué. De esta forma se garantizan que sus líneas de acción estén conectadas con la realidad empresarial y lo que es más, sean respaldadas por su tejido empresarial. Esto es, Francia se carga de argumentos para presentar ante potenciales inversores gracias a análisis estratégicos sensatos.
A partir de ahí se despliega la red de técnicos por todo mundo: contactos y visitas a multinacionales internacionales, encuentros en ferias internacionales con responsables de Desarrollo de Negocios. Todo ello va generando un expertise, un conocimiento del mercado de las inversiones y relaciones a largo plazo con decisores. “Invest in France” tiene nombre y apellidos en todos los países del mundo.
En el mercado existen consultoras privadas que trabajan la captación de inversiones. Francia apuesta cuanto menos por equipos mixtos de técnicos privados e institucionales, para asegurarse una mayor implicación y tino estratégicos en sus acciones.
Reflexionando sobre todos estos puntos nos puede surgir una duda. ¿Es aplicable este modelo en territorios pequeños?. Y la respuesta que me asalta sería. ¿por qué no?.
Hoy en día contamos con una nueva baza: las herramientas on line. Internet democratiza las posibilidades en la dimensión on line. Logroño – La Rioja puede estar igual, o incluso mejor posicionada en la Red como destino de inversiones que Hong Kong, trabajando el SEO y SEM.
Sistemas naifs para grandes políticas….
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