‘Start up’ que sostienen el patrimonio cultural

Alejandro Galisteo | 01/10/2018

Junto a Italia, España es uno de los países que cuenta con mayor legado histórico. Un pasado que la Administración se encarga de conservar apoyándose en las pymes que utilizan para ello tecnologías como la impresión 3D y los drones.

La pasión que sentía Néstor F. Marqués por el mundo romano le llevó hasta las aulas de la Universidad Autónoma de Barcelona para estudiar arqueología. «Quería dedicarme al estudio del patrimonio y para conseguirlo realicé el clásico plan de carrera, máster y doctorado. Pero salí un poco quemado del universo académico», explica Marqués, que lejos de abandonar su vocación decidió volcarse en ella de un modo diferente. Por un lado, en 2011 creó el proyecto Antigua Roma al día, un programa de divulgación en las redes sociales donde explica cómo se vivía en el Imperio Romano cuando Constantino era el emperador de sus provincias, en el siglo IV. Además, desde hace un par de años trabaja de la mano de instituciones como el Museo Arqueológico Nacional virtualizando en 3D sus piezas. Una técnica con la que consigue que cualquier persona acceda, sin desplazarse, a piezas con siglos de antigüedad.

Como Marqués, son muchos los emprendedores que trabajan con la Administración Pública por la conservación y difusión del patrimonio histórico y cultural, el término que agrupa los bienes materiales e inmateriales que cada país decide proteger al representar el legado de sus antepasados. «Desde el punto de vista legal, en España un bien se considera patrimonio cultural cuando ha sido inscrito bajo alguna categoría de las recogidas en la Ley 16/85 de Patrimonio Histórico Español, o bien, por las leyes homólogas desarrolladas por las comunidades autónomas», explica Alicia Castillo, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, especialista en el grado de Patrimonio Cultural.

Riqueza y diversidad

En este sentido, España destaca como uno de los países que, por su abundante historia y la diversidad de pueblos que se han establecido en su territorio, posee un mayor legado histórico y artístico. «Ciudades como Tarragona, Granada, Mérida y Zaragoza son referentes mundiales en sus respectivos estilos. Así lo reconocen organismos internacionales como la Unesco y como tal los protege el Estado. Pero en cualquier pueblo existen multitud de monumentos como iglesias, conventos y yacimientos que merecen su reconocimiento y que -excepto en Italia- difícilmente se pueden encontrar en otro país», señala Concha Lomba, catedrática en Historia del Arte en la Universidad de Zaragoza.

Esta riqueza histórica ha hecho que muchos estudiantes de disciplinas humanísticas emprendan sus proyectos empresariales por el elevado interés que suscita su difusión entre el público. «La tendencia es el turismo cultural. La reconversión de las ciudades hacia este tipo de turismo está originando el desarrollo de empresas orientadas a la prestación de servicios de este tipo», explica Ismael Gómez, profesor de EOI.

Inversión y turismo

El hecho de que cualquier pueblo quiera tener su museo para atraer visitantes provoca que, además del ámbito público, multitud de iniciativas privadas, -fundaciones, coleccionistas particulares, propietarios de inmuebles, amigos de los museos y la banca- «inviertan en la protección y salvaguarda del patrimonio cultural», señala Castillo.

Un negocio en el que las start up introducen tecnologías como la realidad aumentada para realizar catálogos digitales de las piezas de los museos, la impresión 3D para reproducir a escala vestigios que pueden ser estudiados por expertos sin el riesgo de ser dañados y drones que reconocen las partes de un monumento que debe reconstruirse.»La nanociencia y la informática se ponen del lado de la conservación, pero la labor de los comunicadores y de los gestores culturales es fundamental para que la gente pueda disfrutar de su patrimonio», asegura Lombán, que explica cómo las manifestaciones artísticas atraen a un turista con un perfil económico elevado, que genera mucha riqueza y recursos para conservar los lugares que visita.

Los geólogos que sacan brillo al Pórtico de la Gloria

En las aulas de la Universidad de Zaragoza se forjó Geoartec, una ‘spin off’ de la institución aragonesa que analiza el estado de los materiales de los que están formados monumentos como el Pórtico de la Gloria, en la Catedral de Santiago de Compostela. «Realizamos los estudios previos a su restauración, evaluando el estado de las distintas piedras que lo forman y su grado de degradación», explica Laura de Juan, responsable de una pyme formada por geólogos. «Somos el apoyo de los restauradores. Sabemos muy bien cómo se comportan los materiales, lo que les sucede con el paso del tiempo y cómo influye en ellos el impacto de los humanos», afirma De Juan. El equipo de Geoartec también ha trabajado en la conservación de pinturas rupestres y en monumentos como la Catedral de Burgos y la Mezquita de Córdoba. «Conocemos la piedra y cómo se comporta. Sabemos cuidarla», concluye.

Aulas para encontrar al próximo Indiana Jones

Tras acabar sus estudios en Historia, Andrés García-Arilla y Héctor Conget se conocieron realizando sus cursos de doctorado. «Nos interesaban periodos históricos muy distintos pero compartíamos el mismo amor por los yacimientos», señala Conget, el creador de Arqueología y Didáctica, una ‘start up’ que, a través de actividades didácticas innovadoras transmite al público infantil y adulto su fascinación por el pasado prehistórico. «Hemos reproducido un yacimiento que es el pecio de un barco que se hundió frente a las costas turcas en la edad del Bronce», explica Conget. Así, los chavales que participan en su actividad reproducen la labor de los arqueólogos marinos, analizando bajo el agua -en una piscina- la disposición de los elementos del navío. «Tienen que descubrir, entre otras cosas, a qué se dedicaban los marineros del barco, si a la guerra o al comercio, y las causas por las que se hundió», concluye.

Drones que vigilan la Historia

Los creadores de Virtua Nostrum miran desde el cielo los yacimientos arqueológicos en los que trabajan. «Cuando empezamos, en 2014, nos centrábamos únicamente en la arqueología de campo, es decir, el estudio del patrimonio en tierra. Pero poco a poco hemos ido incorporando nuevas tecnologías a nuestro profesión, con herramientas como los drones», señala Miguel Fernández, fundador de una pyme que poco a poco, ha dirigido su trabajo a la arqueología virtual. «Nuestras jornadas de trabajo sobre el terreno se han reducido: son las necesarias para realizar capturas masivas de datos», explica Fernández. Así, Virtua Nostrum consigue digitalizar tridimensionalmente elementos de la arqueología y vinculados a la historia, lo que les ha llevado a escanear monumentos de diferentes periodos. «Desde el Paleolítico hasta la Guerra Civil», comenta Fernández, que señala como su proyecto más destacado el que ha bautizado como Arqueovuelos. «El dron graba imágenes que se envían al instante a unas gafas para explicar los yacimientos en directo a los usuarios que las llevan».

El ‘Pokemon Go’ de la historia antigua

Desde Polonia, Magdalena Harasiewiczba fantaseaba con la idea de poder conocer los monumentos que estudiaba en sus clases de Historia del Arte. «Para cualquiera de mis compañeros visitar España era lo mejor que le podía pasar. Suponía llegar a un país con uno de los patrimonios mejor conservados del mundo», explica Harasiewiczba sobre un sueño que hizo realidad al aterrizar en Valencia para completar su formación. Su llegada a la capital del Turia coincidió con el lanzamiento de ‘Pokemon Go’. «Así fue como se me ocurrió crear Site by Side, una aplicación que convierte las visitas turísticas en un juego: utilizamos la realidad aumentada y los recursos arqueológicos con el fin de recrear el entorno de las antiguas civilizaciones. Gracias a la tecnología y las imágenes que aparecen en el ‘smartphone’, sumergimos al usuario en el escenario histórico», explica la polaca, que dio forma al proyecto los espacios de Coworking de EOI, en Murcia, donde trabajó para reproducir el pasado de ciudades como Cartagena y Gerona.

Museos virtuales al alcance de todos

A Néstor F. Marqués se le iluminan los ojos cuando habla de su pasión: la antigua Roma. «Colaboro con museos de forma regular virtualizando piezas de sus colecciones, pero principalmente me encanta divulgar cómo era el día a día de las ciudades romanas», afirma el creador de Patrimonio Virtual y Divulgación Científica, una ‘start up’ que utiliza la fotogrametría para reproducir en 3D objetos con siglos de historia. «Hacemos miles de fotos a las piezas hasta crear una malla digital que se convierte en la imagen en tres dimensiones. Es una tecnología barata, lo que permite que cualquier persona pueda tener en su móvil las colecciones de museos situados en la otra cara del mundo», explica Marqués, que ha trabajado para reproducir digitalmente, entre otras cosas, una colección de 30 vasos griegos del Museo Arqueológico Nacional y parte de las obras de la Villa de los Papiros, en Nápoles.