Retrasarse unos días en pagar las nóminas de forma continuada puede tener graves consecuencias. Hoy, uno de nuestros colaboradores invitados en el blog, Gil-Gibernau , nos lo cuenta.
Hay sentencias recientes que declaran extinguidas las relaciones laborales de trabajadores en supuestos en que la empresa, por dificultades económicas, mes tras mes, se retrasaba varios días en el pago de las nóminas.
La extinción de la relación laboral lleva aparejada, ni más ni menos, que la condena a pagar la indemnización equivalente a un despido improcedente.
Criterio peligroso para muchas empresas en crisis.
Seguro que el lector empresario conoce que el retraso en más de tres mensualidades en pagar de las nóminas permite a los trabajadores solicitar a los tribunales la extinción de sus contratos y sus correspondientes indemnizaciones.
Lo que conoce menos gente es que, además del impago, el retraso en el pago de las nóminas, si es continuado en el tiempo, también puede tener las mismas graves consecuencias.
Se equipara un retraso a un impago de nóminas
Estas sentencias que estamos comentando equiparan los efectos del impago de nóminas al retraso, siempre y cuando este sea continuado y persistente en el tiempo.
Se exige por tanto, no un mero retraso esporádico, sino que sean persistentes y que, además, afecten a una parte importante del sueldo.
En estos casos, los jueces entienden que es indiferente que el retraso venga determinado por la mala situación de la empresa o la crisis económica y que, además, es independiente a la buena o mala fe del empresario. Lo importante, por tanto, no es la intención sino el hecho objetivo de que mes tras mes haya retrasos importantes.
Estas sentencias, suponen una durísima sanción para aquellos empresarios que con esfuerzo, conseguía mantener a sus trabajadores al día en sus salarios, pero con retrasos. Habrá que esperar cómo evoluciona este criterio ante los Tribunales pero en este momento, debe tenerse muy presente por el riesgo que acarrea.
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