Julen Jiménez | 22/11/19
La relación con el jefe incide en la felicidad de un empleado y condiciona su futuro. Es algo común a todas las empresas, pero la manera de ejercer el liderazgo de las grandes corporaciones y las start up es muy diferente. En el ámbito de los emprendedores, «resulta fundamental la gestión por valores con estructuras poco verticales, la transparencia, la cultura ágil y empoderadora y trabajar por un propósito», indica Javier Megías, CEO y cofundador de Startupxplore.
Mientras que las compañías consolidadas ponen el foco en la eficiencia y se orientan al resultado, las start up operan a menudo en «modo exploración», de modo que priman la agilidad, la innovación y el trabajo colaborativo. Así, «se fomenta la asunción de riesgos, la creatividad y se empodera a los empleados, que pueden tomar decisiones de forma independiente», explica Miguel Ángel Díez Ferreira, director de Impact, la aceleradora de ISDI.
A menudo se trabaja por proyectos, se concede libertad para teletrabajar y se apuesta por una cultura colaborativa, «clave para que los empleados se involucren y se sientan parte de un proyecto con ambición de cambiar el mundo», subraya Díez Ferreira.
- El liderazgo en una ‘start up’ es colaborativo. Las start up ponen en práctica el principio de que juntos se toman mejores decisiones, por lo que se decide de manera colectiva. Además, la participación equitativa fomenta los buenos resultados y aumenta el compromiso y la responsabilidad.
- Confíe en el talento y cuide la selección. El talento es la piedra angular en torno a la que construir la propuesta de valor. Un buen líder selecciona con sumo cuidado a sus empleados y no tiene miedo de rodearse de personas más inteligentes que él mismo.
- Evite estructuras rígidas y verticalizadas. La aplicación de estructuras jerárquicas verticales es contraproducente en las start up, donde no existe tiempo para la supervisión.
- Asiente una cultura y unos valores corporativos. Un líder debe ser consecuente con lo que predica. Las decisiones no pueden contradecir la cultura: estos valores tienen cada vez más peso en la captación y retención de talento.
- Acepte nuevas ideas y permita los cambios. El fundador de una start up identifica oportunidades donde otros no las ven, pero la mejor idea no siempre será la suya. Por ello, debe tener la mente abierta y escuchar a todos.
- Implique a todos y fomente la meritocracia. Las organizaciones horizontales y diversas premian el el valor real que aporta cada persona. Así, se deben tomar medidas correctoras con los empleados que no funcionan bien y hay que premiar a los mejores.
- Conviértase en un líder carismático. El responsable debe tener confianza en sí mismo y ser capaz de transmitir su visión a los demás. Al convertirse en un ejemplo, multiplicará su influencia sobre el equipo.
- Inspire a sus empleados para que le sigan: Los líderes transformacionales apelan a los valores del equipo y estimulan sus emociones. El propósito de una start up es compartido, de forma que impulse a los demás a seguirlo.
- Sea cercano y proporcione un ‘feedback’ positivo. Las estructuras planas acercan a la alta dirección con los empleados que se encuentran en primera línea.El contacto directo y un enfoque positivo son beneficiosos para el equipo.
- Sea ágil y flexible pero también realista. La flexibilidad no implica perseguir cada oportunidad. Ser realista es esencial para utilizar los recursos de forma eficiente, conseguir mejores resultados y motivar al equipo.
La importancia de saber comunicar
«Saber comunicar es una cualidad imprescindible, incluso la principal para cualquier líder:si no comunica bien, no será capaz de influir, convencer o vender una idea o un proyecto», afirma Soraya del Portillo, CEO y fundadora de BeChiara, un simulador de realidad virtual que utiliza la inteligencia artificial para mejorar las habilidades de comunicación. El usuario sólo tiene que descargar una aplicación en su móvil y utilizar unas gafas de realidad virtual. Así, la herramienta permite entrenar situaciones reales con experiencias inmersivas, ‘coaching’ personalizado y el uso de analítica. El simulador consigue que aspectos como la entonación, el volumen, la velocidad y la pronunciación se conviertan en variables medibles a través de decibelios, hercios y palabras por minuto, haciendo posible medir el progreso. La ‘start up’, que trabaja con directivos y empresas de diversos perfiles. les ayuda a mejorar sus habilidades de liderazgo. «En España estamos lejos de ser verdaderos comunicadores, nos faltan lideres que influyan y convenzan;es una gran asignatura pendiente de nuestros profesionales», subraya Soraya del Portillo.
Fuente: Expansión
https://www.expansion.com/pymes/2019/11/14/5dc5a933e5fdeafd4a8b46dc.html