Tres obligaciones de pago que debes tener en cuenta en tu balance para evitar dificultades financieras
Redacción Emprendedores | 08/02/2019
No es un tema del que nos guste hablar mucho, pero está al orden del día, más de lo que nos gustaría. Y los datos son un poco alarmantes: la morosidad amenaza la viabilidad del 30% de las pymes españolas. Lo dice la multinacional Intrum, proveedora de servicios de gestión de crédito y activos y autora del Informe Europeo de Pagos.
Entre otros datos, el 51% de las empresas españolas recibe peticiones para aceptar plazos de pago más largos. De ellas, el 42% termina cediendo ante sus clientes y acepta ampliar los plazos de pago, especialmente, cuando se trata de grandes multinacionales. «Seis de cada diez compañías europeas reconocen pagar tarde de forma sistemática. Sólo el 15% de las organizaciones considera que el riesgo deudor bajará en los próximos 12 meses. El 64% de las empresas españolas encuestadas ha aceptado pagos con retraso de multinacionales, un 20% más de las que lo hicieron en 2017. Las empresas españolas pierden sólo un 0,7% de sus ingresos anuales por impagos, 1,3 puntos menos que en 2017».
IMPACTO EN LA LIQUIDEZ
El citado informe señala que «cuatro de cada diez empresas temen que el retraso en los pagos tenga un impacto negativo en su liquidez y el 30% alerta que esta situación pone en peligro su crecimiento. Asimismo, una cuarta parte de las organizaciones asevera que de recibir sus pagos a tiempo podría contratar a más profesionales, mientras que el 39% asegura ver reducidos sus ingresos como consecuencia de la morosidad».
Según los expertos de Intrum, si bien los retrasos en los pagos que afrontan muchas pymes españolas es uno de los principales riesgos que puede echar por tierra el éxito de un negocio, existen tres obligaciones de pago que las compañías deben tener en cuenta en su balance empresarial para evitar dificultades financieras:
1. FINANCIACIÓN A CORTO PLAZO
«Uno de los errores más comunes de las organizaciones es financiar proyectos de largo plazo con instrumentos cortoplacistas. Con ello, se corre el riesgo de tener que amortizar el préstamo antes de que la inversión en sí haya comenzado a dar sus frutos, creando graves problemas de liquidez en la compañía».
2. PLAZOS Y DEUDAS DOMICILIADAS
«Son las denominadas deudas ‘gota a gota’, es decir, aquellas que se pagan poco a poco. En esta opción, que en algunos casos puede resultar atractiva para la empresa, se deben tener muy en cuenta los intereses derivados de este tipo de financiación, ya que podrían superar al capital».
3. SOLICITAR CRÉDITOS EN OTRAS DIVISAS
«Estos productos, indicados, principalmente, para empresas que realizan operaciones de importación o exportación de bienes y/o servicios, tienen como objetivo conseguir una financiación más económica que la que se obtendría solicitando el préstamo en euros. No obstante, sus riesgos son elevados, pues las divisas elegidas (dólares, francos suizos o yenes, normalmente) cotizan diariamente en el mercado y sus cuotas pueden oscilar bruscamente a lo largo del tiempo. Por esta razón, exigen un mayor seguimiento por parte de la empresa titular».
Fuente: Emprendedores