Muchas de las personas que se acercan a nuestro servicio de asesoramiento en la Federación de Empresarios de La Rioja, no quieren oír hablar de las sociedades mercantiles por creer que el capital que necesita la sociedad es un dinero “que se pierde”…A veces nos cuesta hacerles ver que el capital social no se pierde, sí que es cierto que es un dinero que los socios difícilmente recuperarán porque al final son los fondos propios de la sociedad (y no de los socios), pero que en principio y para una sociedad que se crea es el dinero que va a tener la sociedad para comenzar su actividad, para comenzar a realizar sus compras, sus inversiones…
La normativa mercantil actual establece que para constituir una sociedad de responsabilidad limitada el capital mínimo exigible son 3.000 euros, y para constituir una sociedad anónima el importe mínimo exigible asciende a 60.000 euros. Pero ese dinero que se deposita en la cuenta corriente que se crea a nombre de la sociedad puede ser usado desde el día siguiente a que la misma esté constituida. De hecho en esa fase inicial será el dinero con el que cuenta la sociedad. A partir de ahí si la sociedad requiere de más dinero para realizar sus inversiones tendrá que solicitar un préstamo o financiación adicional. Financiación que podrá venir de una entidad financiera, de los propios socios, de crowdfunding…
Estimar que cantidad de capital es necesario para una sociedad no es baladí…De hecho todo depende mucho de distintas variables y circunstancias, de la inversión a realizar, del número de socios, de la financiación que se necesita, de los clientes a los que se dirige…El contar con un importante patrimonio neto respecto al total del pasivo puede ser un buen indicador del nivel de endeudamiento de la empresa lo cual siempre es positivo, y contar con unos fondos propios muy elevados, también ofrece garantías, porque demuestra solidez financiera, pero unos fondos propios demasiado importantes también nos influyen negativamente en la rentabilidad financiera del negocio. Por ello, no es una decisión sencilla, y en el equilibro está la virtud…Lo que sirve para una sociedad mercantil, puede que no sea lo adecuado para otra.
Por lo general muchos emprendedores con pequeños proyectos optan por crear sociedades limitadas con capital mínimo, sin tener en cuenta la inversión que tienen que realizar, realizando a posteriori aportaciones personales de dinero a la sociedad y que dependiendo que cómo se reflejen contablemente las mismas pueden suponer problemas a futuro con Hacienda. Además, han de ser conscientes de que a la larga, si la empresa va bien y va engrosando su activo fijo quizás sea recomendable optar por realizar alguna ampliación de capital, y adecuar sus fondos propios a la realidad económica de la empresa, por ello hay veces que es importante reflexionar previamente sobre la cuantía a aportar e inclinarnos a realizar aportaciones superiores al capital mínimo exigible por la normativa actual.