LA ELEGANCIA ES UNA SOFT SKILL

Las “hard skills” de una persona son sus habilidades y conocimientos técnicos, adquiridos a lo largo de su formación académica y de experiencia laboral.

Las “soft skills” son transversales a cualquier carrera profesional. Habilidades de comunicación; capacidad para adquirir, procesar y desarrollar información; capacidad de toma de decisiones y resolución de conflictos; trabajo en equipo; gestión del tiempo: habilidades de planificación, organización y priorización del trabajo; capacidad de negociación. También la gestión del estrés, la motivación, la gestión del cambio, la capacidad de delegar y de interacción personal y con público. La empatía, la amabilidad, la elegancia…

Las empresas cada vez valoran más un equilibrio entre estos dos tipos de habilidades.

Hoy en día muchos expertos en recursos humanos afirman que los profesionales “brillan” gracias a sus “soft skills”.

Vamos a profundizar en este caso en el concepto de “elegancia”. Estamos acostumbrados a admirar la elegancia en el mundo de la moda, de las “celebrities», etc. Audrey Hepburn dijo que la “elegancia es la única belleza que no se desvanece”.

Intentemos definir el concepto de profesional “elegante”. José Ortega y Gasset afirmaba que ética y elegancia son sinónimos, añadiendo que la elegancia es lo que queda cuando despojamos a la ética de su solemnidad y nos quedamos con su esencia. Donde se elimina lo sobrante hay elegancia.

Etimológicamente elegancia viene de elegir. En términos conductuales podríamos decir que “Elegancia es el arte de elegir la mejor conducta”, “la ciencia del quehacer”. “Elegante es el hombre que ni hace ni dice cualquier cosa, sino que hace lo que hay que hacer y dice lo que hay que decir” (Ortega).

La elegancia es decir lo máximo con lo mínimo. Un teorema matemático es elegante si es la línea intelectual más corta entre la teoría y la demostración. Buscamos lo elegante en el arte, en la expresión literaria -Cervantes, en su prólogo en el Quijote, habla de “procurar que a la llana, con palabras significantes, honestas y bien colocadas, salga vuestra oración y período sonoro y festivo, pintando en todo lo que alcanzáredes y fuere posible vuestra intención, dando a entender vuestros conceptos sin intricarlos y escurecerlos.”-, etc. Incluso se dice que el universo es elegante. Paul Dirac, Nobel de Física; cuando formuló su ecuación que combina la física cuántica y la teoría de la relatividad afirmó: “Esta ecuación es tan elegante que seguro que es cierta”.

Qué interesante la elegancia en la conversación, en las formas, en la brillantez de un razonamiento… En la empresa la elegancia es el respeto y la empatía entre sus gentes, la esencial proximidad con el cliente. El saber estar: la elegancia como actitud y fuerza expresiva.

La empresa que sea capaz de generar “entornos elegantes” captará y retendrá talento. Porque son más estimulantes, y toda la energía se orienta a avanzar…

Vemos que la elegancia va más allá de una cuestión de estilo…