Las oportunidades de negocio pueden encontrarse en los sectores más inesperados como estos que ofrecemos a continuación. Todos ellos con los pies en la tierra.
Julen Jiménez | 25/09/2019
Cuando Daniel Villegas fue despedido tras siete años en el sector de los laboratorios y la inspección ambiental, volcó su experiencia en la creación de Sembradas, empresa dedicada al diseño y mantenimiento de jardines con un aspecto diferenciador, ya que su trabajo parte de los principios de la xerojardinería, que hace un uso responsable de los recursos naturales: “Apostamos por una jardinería sostenible con el menor consumo de recursos y la utilización de especies autóctonas o naturalizadas”.
Surgida en plena crisis, desde Sembradas vieron cómo la recuperación económica benefició decisivamente a su negocio, ya que “para que se invierta en el jardín primero se deben tener garantizadas las necesidades básicas y la estabilidad laboral”.
La personalización de sus proyectos a cada cliente concreto también les ha permitido tener una buena acogida entre el público, debido a que no abundan en el mercado las empresas y profesionales que adapten de manera tan individual sus trabajos. De ahí que el boca a boca sea su principal fuente de atracción de clientes, lo que unido al trabajo digital que desarrollan mediante su página web y su perfil de Facebook les ha permitido despegar con buenas perspectivas este proyecto emprendedor. Y es que hasta la fecha el negocio no para de crecer. Como reconocía Villegas, “cada año está aumentando la facturación, el número de clientes y el volumen de trabajo”. También la diversidad de sus acciones y el público al que se dirigen está permitiendo esta expansión.
Como muchos otros negocios, Carlos Palomo puso en marcha Entresemillas por una necesidad propia: amante de la botánica, tiene una preferencia personal por plantas tropicales como el cacao o la canela, cuyas semillas son difíciles de encontrar en España. “Así surgió ante mí una necesidad no cubierta del mercado que me dispuse a cubrir”, comenta. De este modo fue evolucionando su idea de negocio como un e-commerce en el que estuvieran disponibles diferentes semillas exóticas e inusuales de difícil adquisición en los viveros locales, para más tarde adaptarse a las demandas del mercado y añadir la venta de plantas exóticas provenientes de sus propias siembras, así como productos más comerciales como kit de siembra o cajas regalo.
Aunque en un principio sus principales clientes eran personas más especializadas y con conocimientos del sector, poco a poco su negocio se fue abriendo a otro tipo de público más novel que se inicia en este mundo y para el que Palomo reconoce que hay que hacer “una labor de información y divulgación más laboriosa y necesaria”. A ellos llega principalmente gracias a una estrategia de marketing y venta basada en la difusión digital a través de redes sociales, mail marketing y blog.
El análisis y la revisión continua del mercado y las ventas han sido clave para que Entresemillas haya ido escalando tanto en inversión como en volumen de negocio desde su creación hasta la actualidad. Y eso que, reconoce Palomo, se trata de una empresa que “conlleva un gran esfuerzo, puesto que tienes que llevar a cabo el proceso desde la adquisición de las semillas hasta la siembra, el cuidado de la planta y la venta de la misma”.
Con la intención inicial de recuperar unos terrenos agrícolas abandonados pertenecientes a su familia, José Manuel Bisetto, gerente de Agricología , comenzó a desarrollar un proyecto de huertos ecológicos que más tarde deveniría en un centro agroecológico de desarrollo rural con servicios integrales, que incluye la producción de cultivos, el desarrollo de huertos municipales, la impartición de formación en centros educativos, la consultoría en proyectos ecológicos y el desarrollo de iniciativas medioambientales.
“En 2006 fuimos una cosa rara, la vuelta al campo que no siempre se comprendía. Yo siempre vi el cambio, el futuro de este modo de vida, que ahora es real”, arguye Bisetto, quien defiende la novedad de su negocio al concentrar en un solo centro una gran variedad de servicios agroecológicos, un tipo de empresa que escasea en la actualidad y con el que se busca “un cambio en la educación de la sociedad”, que se encamine más hacia lo rural.
Algo que no siempre es fácil, sobre todo a la hora de encontrar financiación, ya que se trata de un proyecto en el que “la rentabilidad no es cien por cien económica, sino también medioambiental, social, educativa…”. Y es que, como reconoce Bisetto, la recuperación de la zona gracias a proyectos como Agricología ha conllevado unos beneficios a la comarca que desde la Administración no se valora lo suficiente. A pesar de ello, la iniciativa, que inició en solitario y con fondos propios, es también rentable económicamente y está en pleno crecimiento: en la actualidad ya emplea a tres personas y se esperan tres nuevas contrataciones en los próximos meses, ya que los nuevos proyectos no paran de surgir.
Nuestro amor a la tierra como agricultores nos ha proporcionado la fuerza y los recursos para emprender el negocio tecnológico para la agricultura”. Así explica Mercedes Iborra, cofundadora, junto a su hermana Lucía, de Visualnacert , el origen de su empresa: “El software de gestión agrícola y cuaderno de campo que incluye una app más completa del mercado”. No obstante, además de poder trabajar en red con todo el equipo, la plataforma Visual 3.0 permite disponer de imágenes satélite de las parcelas o conectar con datos de sensores, así como conectarse con bases de datos públicas y obtener datos agroclimáticos.
Dan a conocer su producto con reuniones comerciales online, redes sociales y la propia web, que permite probar su plataforma gratis durante una semana. Tampoco se han olvidado de promocionarse en las revistas del sector agroalimentario. Sin olvidar que “la recuperación económica y más aún la necesidad de las empresas de mejorar la competitividad” les ha favorecido para impulsar su negocio y llegar a importantes compañías.
Un proyecto que ha contado con la inversión de un potente partner comercial, Telefónica, así como de inversores del sector y Enisa. Visualnacert es la empresa de agrotech que ha obtenido la mayor inversión realizada hasta ahora en España.
Su solución Visual gestiona millones de hectáreas y la compañía no para de crecer. La empresa, que comenzó en 2014, hoy en día ayuda a clientes alrededor del mundo y en los primeros 4 años alcanzó la digitalización del 13% de la superficie de España. Actualmente la sede está establecida en Rafelbuñol (Valencia) “en una zona eminentemente agrícola, donde nacimos, rodeados de cítricos y huerta”.
Citerea se constituye en el año 1993 con dos socias fundadoras: Ana Luengo Añón y Coro Millares apoyándose para ello en un equipo multidisciplinar de especialistas en paisajismo, medio ambiente, la ordenación del espacio y del diseño. En esta línea, ejecutan todo tipo de proyectos tanto para particulares como para las Administraciones Públicas. “Tanto nos encargan trabajos para diseñar una terraza en un ático, como la realización de una cubierta ajardinada, un parque o una finca agropecuaria”, contaba Ana Luengo.
Como peculiaridad de este estudio, destaca también la realización de proyectos culturales entre los que se incluyen la dirección de cursos y seminarios, publicaciones y exposiciones. Ana Luengo combina su actividad profesional con la docente donde imparte clases en diversas universidades.
En 27 años de trayectoria, la empresa ha atravesado por numerosos altibajos pero siempre han logrado sobreponerse a la adversidad.
Fuente: Web Emprendedores