Cuando las grandes empresas piensan en la productividad, a menudo piensan en términos de rendimiento de la inversión (ROI): cada empleado cuesta una cantidad específica de dinero, por lo que la empresa necesita que ese empleado genere valor que exceda ese gasto.
Sin embargo, los empresarios y los propietarios de pequeñas empresas tienden a pensar en la productividad de manera diferente, por dos razones:
- El número de tareas excede el número de personas disponibles para hacerlas. Crear una empresa desde cero requiere una enorme cantidad de trabajo de todos los involucrados. Por lo general, no hay suficientes horas en el día para lograr todo, por lo que la productividad se trata menos de utilizar sus horas de manera óptima que tratar de hacer el mayor progreso posible lo más rápido posible.
- El dinero es limitado. Cuando hay más trabajo del que el personal actual puede manejar razonablemente, la opción más lógica es contratar nuevas personas, pero las pequeñas empresas y las nuevas empresas operan con un capital limitado y no siempre pueden permitirse personal nuevo o herramientas automatizadas para manejar el trabajo.
Entonces, ¿cómo puedes optimizar tu negocio para hacer más cosas todos los días?
- Minimiza la comunicación
La comunicación a menudo es la parte más grande e importante de la operación de una empresa. Pasamos horas al día leyendo y respondiendo correos electrónicos, escuchando mensajes de voz, mensajes de texto, mensajería instantánea y conversando con otros. Muchas de estas horas son necesarias y productivas, pero un porcentaje significativo se desperdicia.
En resumen, las reuniones no siempre son necesarias. Las llamadas telefónicas a menudo duran mucho. Los correos electrónicos entrantes sin importancia y los mensajes instantáneos te distraen. Por lo tanto, en lugar de ser un esclavo de la comunicación, trabaja para minimizar tus canales de comunicación y asegúrate de dedicar la mayor parte del día a un trabajo en particular.
- Favorecer la especialización sobre la generalización
En una startup o en un entorno de pequeñas empresas, la diversidad de trabajo y la cantidad limitada de personas disponibles para hacerlo a menudo significa que tú y tus empleados se convierten en generalistas, cada uno responsable de llevar cargos diferentes, muchos de los cuales se superponen con los de otros compañeros de trabajo.
Sin embargo, las organizaciones casi siempre operan de manera más eficiente cuando las tareas se distribuyen a especialistas que se centran en campos únicos; esta es la filosofía detrás de la línea de ensamblaje.
Si puedes, trata de asignar y delegar tareas consistentemente entre tus empleados, favoreciendo las tareas que se relacionen con las fortalezas y debilidades de cada individuo.
- Usa subcategorías
Las personas tienden a trabajar mejor cuando rastrean y miden objetivos pequeños y realizables que lo que hacen tratando de abordar proyectos enormes. En consecuencia, debes tratar de dividir los proyectos y tareas generales en subcategorías más pequeñas.
Al estructurar tus metas y tareas de esta manera, podrás establecer prioridades más realistas y funcionales, y pasarás tu tiempo trabajando en lo más importante.
- Descansa
Cuando el tiempo es limitado y el trabajo exigente, muchos empresarios terminan trabajando largas horas, extendiéndose en las noches y fines de semana. Tiene sentido que pasar más horas significa que se hace más, pero en realidad es mejor invertir al menos parte del tiempo para descansar.
El exceso de trabajo puede darte un impulso a corto plazo en las tareas totales realizadas, pero te desgastarás, reduciendo tus capacidades cognitivas y agregando estrés a tu vida.
- Deja de sumar proyectos
Los empresarios son un grupo naturalmente ambicioso. Cada vez que obtienen una idea nueva, la agregan a una lista ya masiva de ideas. Cambian de dirección con frecuencia y, a menudo, se exceden en el esfuerzo.
Esto es admirable, pero conduce a un estilo de trabajo frenético que finalmente resulta en menos tareas y proyectos finalizados. En lugar de agregar más a la pila, concéntrate en lo que ya tienes.
- Busca ayuda a bajo costo
Considera buscar ayuda a bajo costo en forma de asistentes personales o contratistas independientes. Tu tiempo es valioso, y si puedes pagarle a los trabajadores menos delo que vale tu tiempo para manejar algunas tareas que absorben horas preciadas, entonces valdrán la pena la inversión.
Es totalmente posible optimizar el tiempo que tú y tus empleados ya están gastando, de una manera que te permite hacer más a diario y semanalmente. Una vez que adoptes estas estrategias, notarás que tu lista de tareas se reduce gradualmente y te acercarás a la generación de ingresos sostenibles que necesitas para justificar la contratación de otro empleado.
Cuando llegues a este punto, es posible que encuentres tus procesos tan optimizados, que después de todo no necesitarás contratar a alguien nuevo.
Fuente: Edith Gómez