Cómo aportar una mejor gestión para los emprendedores

Con cierta regularidad, los diferentes estudios y estadísticas que nos hablan de la tasa de fracaso empresarial, nos dejan datos en los que los emprendedores no salimos demasiado bien parados. Y es que como regla general, el 80% de las empresas que se crean hoy, dentro de 5 años no seguirán con su actividad. Y si ampliamos el horizonte temporal a 10 años, prácticamente el 90% de las startups habrán fracasado en su proyecto.

Detrás de este catastrófico dato existirán muchas variables, pero un elemento común que hemos detectado, es que en el esfuerzo del emprendimiento las pymes con menos recursos, centran todos sus esfuerzos (económicos y de tiempo) en trabajar la idea, mejorar el producto, captar más clientes, etc. áreas fundamentales de la empresa y básicas; pero por desconocimiento, falta de tiempo, o una falta de visión global, se descuidan tareas que son igual o más importantes, y si bien no constituyen nuestro objeto principal, sí que pueden hacer que nuestro negocio esté más y mejor preparado ante los ataques que del entorno nos llegan.

Por ello, las empresas más pequeñas, NO deben dejar las áreas de gestión, finanzas, comercialización, innovación, calidad… abandonadas; y es que, con un correcto diagnóstico de nuestras virtudes y defectos y nuestro entorno, las empresas más pequeñas podemos anticiparnos a situaciones tan críticas como saber si vamos a ser capaces de pagar las nóminas de nuestros empleados a final de mes, si el crédito del que disponemos va a ser suficiente para realizar las inversiones previstas, o si necesitamos financiación para comprar los materiales que luego vamos a necesitar para producir.

Las herramientas de gestión para micro pymes nos pueden aportar:

– Ayuda para identificar las prioridades a nuestras áreas de mejora o actividades clave y asignar mejor así los recursos de los que disponemos.

– Establecer un puente entre los objetivos o metas a largo plazo, y las pequeñas acciones que nos ayuden a materializarlos.

Fomentar el trabajo en equipo y lograr una mayor implicación orientada a resultados (medibles).

Medir y controlar las desviaciones, ganando en flexibilidad y capacidad de reacción.

Cada empresa, por tipo y por tamaño, necesita soluciones a sus propios problemas. Por ello nuestro objetivo principal es el de identificar los puntos críticos de cada negocio y establecer medidas de control y supervisión que ayuden a controlarlos, desde cualquier área. De nada nos sirve tener un gran resultado en nuestra cuenta de pérdidas y ganancias, si no sabemos anticiparnos a una situación de tensión de tesorería que nos impida afrontar nuestras obligaciones; por mucho que existan ratios de endeudamiento, rentabilidades, etc. que resulten positivos.

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